jueves, 19 de marzo de 2009

A una desconocida, I

El cielo te ignora, sabiendo
El miedo que debe tenerte,
Que de la vida hasta la muerte,
Desde altura al suelo,

Jamás hubo nada tan bello
Que no viniera de tu suerte,
Vigilia que duerme,
Ángel de mi sueño despierto.

¿Será ese tu paso,
O es sólo el batir de tus alas
Que, castigándome, van raso?

Quiero acariciar tu plumada...
Mi vida en tu mano
Reposa, guardiana de mi alma.

Att.,
Misael

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